Una de las empresas más reputadas a nivel mundial y símbolo indiscutible de Suecia es nada menos que Ikea una cadena multinacional que vende todo tipo de muebles y artículos para el hogar con diseños vanguardistas, funcionales, de calidad y baratos logrando un avasallador éxito que se traduce actualmente, en 239 tiendas en 34 países y con 104.000 empleados repartidos en 44 países.

 

Sin embargo, este camino o periplo al éxito fue un proceso largo que se inició concretamente con la fundación de Ikea en el año 1943 en Småland por un joven en ese entonces, llamado Ingvar Kamprad que forjo esta gran empresa de muebles cuyas características estriba en ofrecer tipos de mobiliario armable por uno mismo, de gran funcionalidad y confort como también, un cuidadoso diseño provisto de modernidad y bajo un fuerte compromiso social y medioambiental que es usado como imagen de marca algo, que al parecer le ha traído buenos dividendos.

Seguramente, de Ikea se puede escribir mucho acerca del interesante modelo de negocio desarrollado por Ingvar Kamprad con esta empresa de muebles. Pero, existe un dato que algunos relacionan y que puede ser algo particular y elemento esencial para desmenuzar este abrumador crecimiento de esta gran cadena que es el más reconocido de Suecia.

 

Resulta que Ingvar Kamprad en su juventud simpatizaba con movimientos nazis algo que con el tiempo trato de enmendar explicándolo a sus trabajadores que fue el error de su vida. Algunos acuñan que cierto lazo con la filosofía del nacionalsocialismo se vio materializado o concretado con su obra maestra ikea llevando ese supuesto bienestar a toda la gente, en este caso con los muebles… No obstante, esto puede ser subjetivo ya que, en esa época a contrapelo se erigía uno de las grandes escuelas y corrientes del diseño en todos sus aspectos la Bauhaus cuyo lema era la forma sigue la función que llevo la gráfica y el diseño a todas las corriente artísticas, arquitectónicas, industriales y productos de uso diario de la gente común.

 

Aunque, si bien la Bauhaus y el nacionalsocialismo estuvieron en veredas opuestas algunas cosas misteriosamente pueden entrenzar o salpicar la otra y quizás, la empresa de muebles Ikea ha bebido consciente o inconsciente en parte considerable, de la modernidad y goce estético que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana de lo que pregonaba la gran escuela Bauhaus.

 

Después de este cuestionamiento me parece que Ikea es una empresa galvanizada alemanamente en su espíritu pero, con un cuerpo Sueco que la hace más guapa como la niña más bonita de Suecia.

 

Quedará ciertamente, la duda si realmente la exploración de diseño y funcionalidad se extrae en parte de aquella simpatía de la juventud con el nazismo o bien, fue salpicado por la corriente de la escuela Bauhaus.

Enlace: Muebles Ikea